sábado, 3 de marzo de 2012

¿Qué es la córea de Huntington?

Advierto que este post requiere de ciertos conocimientos genéticos para su correcta comprensión.
Otro título secundario, podría haber sido "El codón CAG o el calvinismo genético", en este titular viene resumido prácticamente todo lo que voy a contar a continuación. Toda la información que he necesitado para la realización de esta entrada la he sacado del capítulo 4 del libro “Genoma” de Matt Ridley.

¿Qué me diríais si os digo que todos nosotros estamos predestinados?
Probablemente alguno me diría que eso ya lo dijo Calvino allá por el siglo XVI, otros me diréis que eso es una tomadura de pelo y algún aprensivo incluso se alarmaría, aunque los que me interesan de verdad son los que se preguntarían "¿en qué aspecto?". Pues bien, estoy hablando a nivel genético, y es que existe cierto gen que decide nuestro futuro y da igual lo que hagamos, da igual el tipo de vida que llevemos (sedentaria, deportista, llena de vicios,…) porque la ausencia o la presencia de ese gen es el que decidirá si sufrimos o no cierta enfermedad degenerativa.

El propio Matt Ridley dice que:
Definir los genes por las enfermedades que causan es casi tan absurdo como definir los órganos por las enfermedades que padecen y no por su función

Aunque si es cierto que lo poco que conocemos de algunos genes es la enfermedad que provoca su mal funcionamiento, por ejemplo el síndrome de Wolf-Hirschhorn se produce, paradójicamente, por la ausencia del gen de homónimo nombre. Sin embargo, el gen del que trata esta entrada, reside en el cromosoma 4 y está asociado a una enfermedad denominada corea de Huntington (también llamada vulgarmente la enfermedad del baile de San Vito).
George Huntington (1850-1916), médico estadounidense.
Este gen (llamado gen de la hungtingtina) contiene una única “palabra” (codón, en biología) que se repite una y otra vez: CAG (formada por tres bases nucléicas: citosina, adenina, guanina que codifíca el aminoácido glutamina).
A veces, esta repetición únicamente dura seis veces, otras treinta, e incluso a veces más de cien. Tu destino, tu cordura y tu vida penden del hilo de esta repetición como veremos a continuación.
Fórmula química del aminoácido glutamina.
Los síntomas de esta enfermedad son pérdida de equilibrio, deterioro de las facultades intelectuales, espasmos en las extremidades, alucinaciones, depresiones, delirios, incapacidad de valerse por uno mismo y una posterior muerte prematura.

No hay nada que se pueda hacer, es una enfermedad incurable, o tienes esta mutación o no la tienes. Es una predestinación a una escala a la que ni el mismísimo Calvino logro acercarse. Te da igual como ya he dicho si fumas o tomas vitaminas, si haces ejercicio o vives por y para dormir. Imagina que destino tan cruel es saber que tienes algo y que no puedes hacer nada por evitarlo, y lo único que te queda es esperar a que la enfermedad te de su primer golpe. 

Además, la edad a la que aparece la enfermedad depende estrictamente del número de repeticiones del codón CAG, es decir: 
  • Si tienes treinta y nueve repeticiones, existe un 90% de probabilidad de padecer demencia sobre los 65 años. 
  • Si tienes cuarenta repeticiones, sucumbirás aproximadamente a los 59 años. 
  • Si tienes cuarenta y una repeticiones, caerás a los 54 años. 
  • Si tienes cuarenta y dos repeticiones, perderás la cabeza sobre los 37 años. 
  • Asi sucesivamente hasta llegar a las cincuenta repeticiones, en ese caso tu futuro se truncará a los 26 años.
No existe horóscopo, teoría freudiana, marxista, cristiana o animista que sea ni haya sido nunca tan preciso. Ningún profeta del Antiguo Testamento, ni oráculo de la antigua Grecia, tuvieron la pretensión de decir a la gente cuando se harían pedazos sus vidas y menos aún, que lo predijeran bien. Existen miles de millones de codones de tres bases nucléicas en el genoma y sin embargo, la longitud de este pequeño codón CAG es todo lo que se interpone entre nosotros y la enfermedad mental.

Además, esta enfermedad es la primera enfermedad genética humana que se descubrió que era estrictamente dominante, es decir una sola copia de la mutación bastará para formar esta enfermedad.  Se sabe que es mucho peor esta enfermedad si se hereda del padre y también que es cinco veces más probable su aparición en hombres que en mujeres.

Pero la pregunta que ahora quizá os hagáis (y si no, ya os la hago yo) es:
“Si el gen de la huntingtina está dañado, ¿por qué funciona bien los primeros años de vida?
La respuesta sería que la forma mutante de dicho gen se acumula muy lentamente en el interior de la célula lo que produce una apoptosis (muerte celular) al igual que sucede en la enfermedad del Alzheimer o en la encefalopatía espongiforme bovina (comúnmente llamada enfermedad de las vacas locas). Esta acumulación del gen de la huntingtina sucede mayormente en las células cerebrales que controlan el movimiento, lo que repercute en la sintomática final.
Esta acumulación del gen se acumula mayormente en las células cerebrales
Esta repetición de codones CAG, aún guarda una desagradable sorpresa más, y es que no se limita a la corea de Huntington, existen otras cinco enfermedades neurológicas conocidas producidas por las conocidas como “repeticiones inestables del codón CAG” en genes completamente distintos (un ejemplo sería la ataxia cerebelosa) aunque no son tan impactantes como la corea.

Pese a la grandísima importancia de este codón, hasta 1993 no se descubrió el gen, la repetición CAG no se había identificado, no se imaginaba la relación de este con otras enfermedades, las frecuencias de la mutación y sus causas eran un misterio; lo único que se conocía hasta ese año era que era una enfermedad genética. En cambio, a partir de ese año la sapiencia acerca de este codón se ha incrementado de manera increíblemente rápida y se necesitarían semanas en una biblioteca para ponerse al día sobre el mismo.

Desde 1993 el número de científicos que han escrito sobre este gen de la huntingtina supera la centena. Todos sobre un gen, un gen entre los (aprox.) veintisiete mil genes que, se estima, tiene el genoma humano.
Para los valientes que han conseguido llegar hasta el final de este árido post, os mereceis un poquito de humor :)
Aprovecho que hablo de genética para darle las gracias a mi "majosa" novia Ana, por corregirme todos mis fallos lingüísticos (sobre todo tildes, malditas tildes) que voy cometiendo :D 
¡Gracias pequeña!
Las imagenes las he sacado de aquí, aquí, aquí y la última es una viñeta de Daniel Paz que he cogído de aquí.

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